El uso del plástico se ha extendido en todo tipo de productos. En este sentido, las bolsas de plástico se emplean normalmente en la mayoría de establecimientos. Este material es muy práctico para realizar la compra habitual, pero tiene un gran inconveniente: no es reciclable. Debido a ello, en los últimos años se han empezado a utilizar bolsas ecológicas con otros materiales.

Se denominan ecológicas porque se usan por mucho tiempo y, en consecuencia, sus efectos sobre el medio ambiente son inferiores a otros materiales menos duraderos.

La tela es una buena alternativa

Al margen de su innegable valor ecológico, la tela es un material con muchas posibilidades. Así, es perfectamente posible ir de compras con bolsas hechas de tela, las cuales tienen varias ventajas: son fácilmente plegables y se pueden llevar en un cualquier parte, su fabricación es sencilla y son mucho más estéticas que las de plástico.

Desde la mirada del respeto al medio ambiente, la duración de una bolsa de tela es equivalente a trescientas bolsas de plástico.

El plástico es un material dañino para el medio ambiente

Se calcula que cada minuto se usan dos millones de bolsas de plástico en el mundo. En su mayoría acaban en el mar y esta circunstancia afecta a la vida silvestre del medio acuático, pues los animales confunden este material con comida y acaban padeciendo enfermedades o directamente mueren por asfixia.

Por otra parte, la toxicidad del plástico afecta a la vegetación marítima y acaba influyendo negativamente en la cadena alimenticia.

En consecuencia, la mejor estrategia para evitar este grave problema medioambiental es no emplear bolsas de plástico y elegir otro tipo de materiales alternativos, como la tela o el papel reciclado.

California fue el primer territorio donde se prohibieron las bolsas de plástico gratuitas. Esta medida llegó a Francia en 2016 y en la actualidad son varios los países que se plantean su prohibición absoluta.

Las decisiones cotidianas tienen importancia

La elección de bolsas ecológicas para realizar las compras es un buen ejemplo de lo que podemos hacer a diario para cuidar el medio ambiente.

También, es posible reducir el uso del automóvil y sustituirlo por el transporte público o la bicicleta.

En lugar de usar bombillas convencionales es preferible emplear las de bajo consumo.

En vez de mantener encendidos los aparatos electrónicos, es mejor apagarlos cuando no los utilizamos.

El uso de las secadoras es prescindible, ya que la ropa se puede secar al aire libre.

También podemos clasificar la basura según su origen, recoger los desperdicios cuando vamos de excursión al campo, emplear el agua que necesitamos y no mantener el grifo abierto y evitar el uso de artículos desechables.

Éstas y otras medidas dependen exclusivamente de una decisión personal.

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